lunes, 23 de agosto de 2010

Lunes otra vez

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Hoy lunes, hace exactamente un mes y dos días que me fijé unos cuantos objetivos (no muy complicados) para generar un cambio positivo en mi rutina. Esta mañanna salí a buscar trabajo como vengo haciendo ya hace un tiempo. En un momento de la mañana me sorprendí caminando con dolor en las rodillas, casi deprimido y con una actitud pésima hasta para encarar un semáforo.

El domingo ayudó bastante a mis ganas de tirarme abajo de un colectivo, fue un día lindo embarrado casi al final por una serie de eventos que me motivan cada vez más a tomarme el palo de mi casa (já! como si pudiera).
La mañana de hoy arrancó sin penas ni glorias, apenas tenía ganas de respirar y llevar a mi hermano al colegio. Cuando volví a mi casa y me teletrasporté al centro de esta hermosa ciudad, que dicho sea de paso no ayuda en nada al animo de uno con sus encantadores ciudadanos, llegué a la conclución de que soy un fracasado, bueno no tanto así, o mejor dicho sí, así me sentí esta mañana (y todavía no se me pasa). El tiempo corre y mis objetivos parecen verse igual de borrosos, como si estuvieran a varias cuadras y yo fuera a encontrarlos a paso de tortuga.

De las pobres ideas que quería concretar, no debo haber llegado ni a media ¿será que el click famoso en realidad no fue lo suficientemente fuerte? ¿o tendré algún impedimento mental? ¿mala suerte? ¿un gualicho quizás? Dejando a un lado las teorías que al fin y al cabo no solucionan un carajo, debería hacer un mea culpa. Pero ahora que lo pienso siempre hago eso, siempre sé cuáles son las soluciones, las respuestas y lo que hay y no qué hacer. Creo que esta vez no voy a pensar en autocríticas, ni voy a taladrar mi cabeza. Tampoco voy a vender perfumes ni relojes, que parece ser la única oferta que ofrece el cochino mercado a un pobre diablo que nunca trabajó antes, tampoco tengo ganas de ser preceptor en villa el posito o villa allende, o villa la villa o nada, ni planeo ir hasta esos lugares del orto a dejar mis datos. Mierda che, un call center de 8 horas hace unos meses sonaba a explotación, hoy capaz que hasta me pondría feliz de estar en uno, CAPAZ dije.

Por el momento el único plan aceptable es ducharme, repasar los clasificados, una afeitada y un corte de pelo como para renovar el espíritu. Ah! me olvidaba del dibujo de una guitarra que quedé en "diseñar", y el futuro que me espera como dentro de diez años...

Bueno queridos lectores, esta historia no tiene moraleja, o capaz que sí... a ver... no sean como yo y les va a ir bien, no rechazen ofertas de trabajo y a fin de mes van a tener plata, estudien y algún día y van a poder trabajar en eso que eligieron, lo que sea que hagan practíquenlo mucho, puede llegar a darles de comer. Si hacen todo bien, al final del día van a dormir tranquilos y van a soñar que cogen toda la noche, se los aseguro.





El positivismo hoy me lo dejé en la otra campera, sean felices coman perdices, y disculpen los errores ortográficos, yo me voy a la mierda.











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lunes, 2 de agosto de 2010

Detesto #3

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* A los remiseros

* A mi madre cuando hay visitas

* Que la gente sea poco específica cuando pide algo

* Que me abran el agua cuando me estoy bañando

* Que llenen el cesto de basura hasta saturarlo y que no se pueda cerrar la bolsa

* Que mi hermano me use las medias y los calsonsillos

* Notar que de repente tengo mala suerte, o soy torpe, o me tiraron una macumba o no sé que mierda

* Las ojeras, el dolor de estómago y la sarpada llaga que me salió por comer como una bestia

* No poder seguir comiendo como una bestia por los malestares ya mencionados

* A los remiseros de nuevo

* Que no tengan chipá a la mañana en la panadería

* Quedarme sin ideas de repente






Fin