martes, 2 de noviembre de 2010

¿Tiempo de cambios?

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Hoy hace una hora aproximadamente, volvía a mi casa pensando en cómo iba a despotricar en contra de la humanidad y sus miserables miserias, en como iba a putear a diestra y siniestra, aun conciente de que no repararía nada con eso. Y de golpe, casi llegando a la parada del colectivo surgió en mi algo inusual, pero qué extrañamente se viene jestando hace bastante ya y lo he dejado pasar por alto.


El día de hoy venía siendo un día común, exepto por el calorón que hizo todo estaba bien. Hace unos días se presentaron un par de malestares, o en realidad sólo uno, el otro ya estaba. Saqué dos turnos para hacerme atender. Uno me lo dieron para hoy 2 de Noviembre y el otro para mañana - ¡Fantástico! - dije yo, no hay mejor cosa que hacerse revisar lo antes posible, cosa difícil porque por lo general un turno te lo pueden dar en una, quizás dos semanas.


Después de terminar con mis "tareas" me fui en colectivo al centro de salud, viaje dormido en varios trayectos y cuando estaba llegando a la parada en la que tenía que bajarme me desperté de golpe y bajé apurado pensando en que se me iba a hacer tarde para ver al doc. Para serciorarme de eso quise sacar mi teléfono celular para ver la hora y ¡sorpresa! mi teléfono no estaba en el bolsillo en el que lo había dejado. Gran descuido de mi parte, sabiendo como son algunas personas, en fin, no le dí mucha importancia (al principio) y seguí caminando rápido para no perder el turno.


Llegué a destino y esperé a ser atendido, mientras una señora gorda discutía con el empleado al que tenía que pagarle el bono contributivo. La señora habló aproximadamente por unos 5 minutos y cuando desistió de lo que sea que estuviera reclamando, atendieron a otra señora y después me atendieron a mi. Pagué el bono y me anuncié en resepción. -No hay situación que no pueda empeorar - esa frase fue la que se me cruzó por la cabeza cuando el resepcionista me dijo que el Dr no me acuerdo cuanto se las había tomado.


Saqué un nuevo turno y me fui a mi casa, ahora sí, indignado por el robo choto y sin mucho esfuerzo que me habían hecho y frustrado por haber ido al pedo hasta ese lugar, en ese momento empezó a molestarme todo a mi alrededor, los semáforos que no me dejaban avanzar, el calor, el dolor de estómago que me daba el solo hecho de pensar en matarme tomando cerveza cuando llegara a casa, el ruido, el smok, el pago de la deuda externa, todo. Y de un momento para otro, cuando iba llegando a la parada del colectivo, en mi cabeza se accionaron una serie de pensamientos positivos, que no me caracterizan para nada. De la nada y sin darme cuenta ya estaba mirando el vaso medio yeno, en vez de roto y con toda el agua desperdiciada en el suelo.


De golpe mi mente ya le había sacado ventaja cada uno de los hechos recientes. El hecho de no tener teléfono y no poder comunicarme con nadie, en especial con mi novia que está a unos 1000 km de distancia, me hizo pensar en poder explayarme más con un e-mail de unos cuantos párrafos, en vez de con mensajes de pocos carácteres. Que de esta forma me sentiría ansioso como, un chico en navidad, por recibir respuesta de ella y que sería otra forma tan o más agradable de comunicarme con ella. Una variante aceptable, pensando que hace años ninguna de los dos métodos existía y que la gente se las arreglaba de igual forma.
Luego pensé "al menos el Gastroenterólogo podrá llegar antes a casa, a ver a sus hijos y a su esposa, o simplemente a descansar después de su día de trabajo", era increible como de la nada y por generación espontanea aparecían ideas positivas en mi cabeza.


En ese momento recordé que este cambio no es cosa de hoy, sino que ya se venía dando y yo era muy conciente de ello ¿Qué había pasado con la idea de que la gente de tanto en tanto hacía que el vivir se tornara odioso? ¿a dónde estaba el yo que creía que esos que intentaban sacarle una tajada de positivismo a las desgracias prácticamente lo único que hacían era rechazabar la realidad estúpida e inutilmente? ¿en qué lugar se había perdido todo eso? (ni falta hace que lo piense demasiado, la culpable tiene nombre y apellido). El punto es el siguiente, el positivismo me está dominando, ya no es la ligera capa exterior que cubre la maraña de mala leche que me agarra cuando me pongo mal. Ahora viene al último, como desde mi conciencia, como si una voz me hablara para calmarme y sobarme la espalda, para que entre en paz ¿Será un mecanismo de de defensa, para que mi mentesita no entre en estado de alteración? Quién sabe.

Por último, antes de que el día diera un vuelco inesperado y pudiera ser feliz por unos minutos, un bicho se pozó en mi ombro, cuando quise sacármelo orinó y me dejó un olor horrible, ahora se me llena el culo de preguntas para saber que tendrá de positivo eso. Se los cuento en la próxima si me acuerdo.










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2 comentarios:

  1. la culpable tiene nombre y apellido? te extraña te extraña no sabes cuanto, me mnmori de ternura con tu mail basuraaa estoy escribiendote como condenadaaa,

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